Conociendote

(Él) destino y yo siempre hemos mantenido una relación tormentosa. (Él) suele comportarse conmigo de manera inestable, cambiante, pero hay momentos en que concordamos con lo que pienso y con lo que desea hacer. Luego de haber concluido aquella mini historia con V (quien aun revolotea cerca de mi cabeza), al destino no le quedo una mayor idea, mejor dicho cómica, de enviarme directo a una diferente escena, una en donde la persona menos esperada se convirtió en mi vía de escape, en mis horas favoritas, en mi pequeño rato de descanso, en la maquinita de sacar sonrisas, en todo ese conjunto que me incluyó (Él) como elemento.
Jamás me hubiera imaginado hablando con D, pues recuerdo haberlo conocido tiempo atrás, en mis épocas no muy amigueras y alborotadas por el predominio de otra persona. Platicando sobre nuestro pasado, la mayor coincidencia que tenemos es que ambos estamos decepcionados. A D fue de a pocos, dos años de una tormentosa relación (con C) le bastaron para sentirse fuera de foco, no fue lo que pensé que sería, me dijo, yo tampoco.
No será fácil desvanecer la escritura que dejaron en nuestros cuerpos, en nuestros labios, pero debemos intentar tratar, no es que se debe olvidar a la persona, sino de saber sobrellevar su ausencia, no sumergirse en recuerdos rotos, llegar a la meta de volver a sentirte tu, antes que lo conocieras a V o a C.
No creo mucho en las coincidencias, mas si, en que mi claustrofóbico destino, quien no desea que me encarcele en una idea, quiere mostrarme que tengo más por sentir, (Él) tal vez me ha dado una señal, y espero poder descifrarla a mi manera, de a pocos, sin forzarme a nada, una posibilidad que acaba de ser presentada.